La paz de los caballos

Conectar con estos animales de porte sofisticado y también de largas crines es una nutrición para el alma. Así lo identificó cientos de años antes el padre de la medicina, Hipócrates. Un episodio de poliomielitis en Escandinavia, incontables años después, reafirmaría las reflexiones de este sabio griego. La equinoterapia nació en 1946 como una terapia para personas con discapacidades físicas, pero pronto se descubrió que la dinámica también aportaba ventajas psicológicas vitales. Conocedor de la posibilidad de este tratamiento, el Centro de Salud Benito Menni de Elizondo ha introducido un trabajo enfocado a fomentar la obligación individual, instar a la autoestima y publicitar las conexiones interpersonales sanas y equilibradas entre sus clientes a través de este tratamiento.

Es jueves, el sol empieza a subir y también Andrés se levanta con singular interés. Cada quince días entra en una furgoneta con otros 6 compañeros camino de Arizcun, donde un simpático animal de cuatro patas le espera a las 10 de la mañana. El lector podría pensar que se trata de un perro de compañía, pero el esperado reencuentro tiene lugar con un mamífero de cuello alargado, porte elegante y larga melena. Los corceles son un alimento para el espíritu. Hipócrates lo reconoció ya en el año 460 a.C. En su publicación “Los regímenes dietéticos”, el papa de la medicina aseguraba que el estado de ánimo de los abatidos podía mejorar montando a caballo.

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